domingo, 5 de noviembre de 2006

Crónica: Universiadas Trujillo 2006


Por Luciana Morales

De pie: Guillermo Cornejo, Ronald Oshiro, Garri Pacheco, Juampi Castillo, Edward Saona.
Sentados: Luis Alvarado, Cinthya Castillo, Luciana Morales y Ronald Vera.




Esta historia empieza el 12 de septiembre durante la clausura de la Final del Campeonato Interno de la UNMSM. En presencia de todo el equipo clasificado a la edición de este año del Nacional Universitario, uno de los presentes hizo un brindis por nuestra aspiración a nada menos que el primer lugar en el torneo. Faltaba poco más de un mes para las Universiadas, y el entrenamiento silencioso seguía.

El día 25 de octubre, partimos rumbo a Trujillo 7 de los 10 integrantes, en medio de mucha jocosidad y buen humor. Dudo que en medio de este clima nos hubiéramos imaginado que días después estaríamos colmando todas nuestras expectativas y callando así a aquellos que apostaban a que el equipo de la PUCP tomaría (otra vez) el primer lugar de la mano del MF Marco Pacheco, Hugo Padilla, entre otros; o en todo caso, sería la UTP con sus recientes "adquisiciones" como los hermanos Esplana yWilfredo Bustamante, ajedrecista que hasta la edición anterior de las Olimpiadas Universitarias había jugado por nuestras filas.

Dicen que cuando estás por campeonar, las circunstancias también influyen favorablemente. Pues debo decir que tuvimos de nuestro lado el hecho que el MF Marco Pacheco, favorito a llevarse el título en el Individual Masculino, no participara. Pero este detalle no hubiera podido ser aprovechado si los chicos no mostraran la garra, la preparación, el empeño y la concentración que se necesita para ganar las partidas a sus oponentes, muchos de ellos mejor rankeados y experimentados.

Los protagonistas de esta tierna historia de reencuentro con la gloria fueron: Guillermo Cornejo (capitán), Garri Pacheco, Ronald Oshiro (¡sí! el mismísimo Oshiro, que volvió recargado), Ronald Vera y Juan Pablo Castillo (delegado y jugador). En cuanto a las damas: Cinthya Castillo, Nadia Dávila y la que suscribe, Luciana Morales. Todos comandados por Edward Saona.

Jugar en equipo siempre es distinto, te preocupas por cómo quedarán cuando sumen el puntaje de todos, te sientes muy identificado con un grupo humano, con el "punto" del grupo, con el(los) serios, el sarcástico, el irreverente, etc.

Nuestra arma secreta, Ronald Oshiro, imbatible con 6.5 puntos sobre 7, tuvo un regreso con sabor a gloria y fue sólo superado por el puntaje perfecto de Hugo Padilla.

En su debut en las canchas universitarias, Garri Pacheco convirtió en victorias posiciones que requerían paciencia y buena técnica, lo que a Garri no le falta; incluso siguiendo el camino de su papá, dedicó un tiempo para preparar las aperturas de las chicas. Otros debutantes en estas lides fueron Ronald Vera y Juan Pablo Castillo.

Ronald mostró mucho profesionalismo y tenacidad que le llevaron a acumular un puntaje respetable. Juampi tuvo una recuperación fabulosa, luego de tres inmerecidos traspiés consecutivos, se cobró la revancha y ganó igual número de partidas a fuerza de un gran espíritu de lucha.

Por su parte, el capitán del equipo y gran amigo, Guillermo Cornejo, desplegó su buena comprensión posicional y liderazgo sobre el equipo.

Estoy dejando para el final a Luis Alvarado, la revelación del torneo, el luchador de siempre que no perdonó el juego pasivo del MF Christian Esplana ni el juego súper agresivo de Sergio Reinoso y que mostró una fuerza mayor de lo que dice su rating. Alvarado era una máquina a la que sólo pudo frenar en la última ronda -y no con facilidad- el campeón del torneo.

Mención aparte merece Edward Saona, quien hizo las de Fredy Ternero y nos dió el ánimo, disciplina y mano dura que se necesitan para "pisar tierra" cuando estás arriba o para remontar cuando estás "down".

Asimismo debemos felicitar al MF Jorge Pacheco, el entrenador que desde Lima seguía el curso del torneo con atención y que fue el responsable de preparar con antelación al equipo.

En cuanto al torneo femenino, si bien no cumplimos con la meta de parar en el podio a las tres sanmarquinas ("las superpoderosas"), mostraron gran coraje y agresividad en su juego lo que les permitió anotarse varios puntos y si no fueron más debo decir que fue por circunstancias adversas e inesperadas como apuros de tiempo.

Antes del viaje comentábamos que éramos un equipo muy completo por la presencia de tres médicos, un psicólogo, dos abogados, un ing. de sistemas, un economista y un comunicador social, que haría las veces de jefe de prensa ( no menciono una politóloga porque me preguntaba en qué entraría a tallar mi conocimiento en ciencia política, al parecer en un evento deportivo era difícil ).

Lo que aún no habíamos descubierto era que, al margen de nuestras carreras, edades o puntaje, formamos un equipo humano maravilloso, un grupo de campeones que hizo estremecer el suelo trujillano a cada barra proferida en nombre de nuestra gran casa llamada San Marcos.

Las sopitas, los viajes en taxis que hacían recordar las latas de atún, los apodos, las fotos, la noche del misterio de los ocho chaufas, la llamita agresiva, el "matasanmarquinos", las promesas de premio de Nadia, las frases célebres de la gente, las espectaculares barras sanfernandinas y el lema "por los patas" son solamente algunas de las cosas que permanecerán imborrables en nuestra memoria tras este viaje. Y por supuesto, la recuperación del título de campeones universitarios.